La RAE define la palabra "política" como la actividad de quienes rigen el gobierno de los Estados. No obstante, esto no quiere decir que todos la ejerzan de la misma forma. Existen dos grandes ideologías,es decir, un conjunto de ideas que caracterizan el pensamiento de un movimiento político, la derecha y la izquierda, que difieren en grandes aspectos.
Por un lado la izquierda (socialismo) se caracteriza por ser progresista y por la intensa defensa de la igualdad social, la libertad y los derechos individuales. Engloba mayoritariamente a la clase media trabajadora, inmigrantes y otros grupos de la población menos pudiente.
En el otro extremo, la derecha es una doctrina conservadora, es decir, contraria a los cambios y por tanto al progresismo, capitalista y fuertemente relacionada con la religión.Ésta es más afín a las altas clases sociales y a los nacionalistas y religiosos.
Ambas ideologías tienen aspectos tanto positivos como negativos. Desde mi humilde punto de vista, considero que si bien la izquierda destaca notablemente por sus políticas sociales, la derecha lo hace con sus medidas económicas, las cuales estimo mas eficientes. Esta opinión la formuló a partir de las más que aparentes diferencias en la situación económica de los países con gobierno socialista (España, Portugal...) y los que tenían un gobierno de derechas (Alemania, Francia...) al comienzo de la crisis en el año 2008.
Actualmente, en Europa, lugar de nacimiento de la social-democracia y en donde esta ideología siempre ha tenido gran peso, ha ido aumentando notablemente el número de gobiernos conservadores. Así, de los 27 países formantes de la Unión Europea, tan solo 3 son de izquierdas(Austria, Chipre y Eslovenia). Esto ha influido de manera determinante en la política de los países comunitarios.
En esta entrada del blog me gustaría centrarme en un hecho reciente: las elecciones presidenciales francesas, celebradas el 22 de este mismo mes. En ellas, el PS(Partido Socialista) de François Hollande obtuvo una escueta victoria de tan solo un 1,5% sobre el actual presidente de la República, el conservador Nicolas Sarkozy del UMP(Unión por un Movimiento Popular), equivalente al PP español. Así. según el sistema electoral francés, estos dos partidos, los dos que mejores resultados obtuvieron, deberán enfrentarse en la segunda vuelta, de la que saldrá el futuro presidente de la República francesa para los próximos cinco años.
Lo más destacable de estas elecciones, no es esta ajustada victoria de los socialistas, sino el ascenso sin precedentes que ha experimentado el FN (Frente Nacional), partido de extrema derecha. Marine Le Pen, la candidata del Frente Nacional, hija de Jean-Marie Le Pen, anterior presidente del FN, ha obtenido un 18,05% convirtiéndose en la tercera fuerza política francesa.
Para entender porque esta subida espectacular del FN es tan reseñable, debemos conocer el programa de este partido que incluye medidas tales como el restablecimiento de la pena de muerte, la salida del euro y la vuelta al franco, el cierre de las fronteras francesas(decisión más que natural debido a su rechazo a los inmigrantes), el rechazo al aborto, la salida de Francia de la OTAN, y la eliminación de órganos internacionales de suma importancia como el FMI, el Banco Mundial o la OMC. Por lo tanto, esto significa que casi un quinto de la población francesa desean la salida de la Unión Europea, la imposición del proteccionismo o el rechazo a los inmigrantes.
Cartel propagandístico del FN
Por supuesto, todos los partidos políticos e ideologías pese a no ser compartidos, deben ser respetados, y yo no comparto la forma de pensar del FN , ya que considero que se acerca peligrosamente a fascistas como Hitler con su rígido racismo o su nacionalismo exacerbado, pero lo respeto, puesto que hay un 18% de la población francesa que les avala.
Pero debemos preguntarnos, ¿a qué se debe que en estas elecciones hayan obtenido un resultado tan bueno? . Desde mi punto de vista, la situación actual de crisis económica ha comportado la búsqueda por parte de los ciudadanos de otras fuerzas políticas alternativas a "las de siempre",que crean capaces de solventar las dificultades que traen consigo la profunda crisis económica, aunque ello signifique dar su apoyo a posiciones políticas cada vez más extremas. Considero por tanto, que la desilusión y desencanto con los dirigentes políticos lleva a un porcentaje significativo de personas a "probar suerte" apostando por otras alternativas ,que en ocasiones no tan críticas, apenas tendrían respaldo de la población.
Afortunadamente, en el horizonte político español no parece que vaya a surgir un movimiento de estas mismas características apoyando a posturas similares a las del Frente Nacional, a pesar de "la que nos está cayendo".